Subir

Polémica entre la Sociedad de la Igualdad y La Revista Católica

Durante la existencia de la Sociedad de la Igualdad, sus reuniones, manifestaciones y producciones escritas despertaron la inquietud de diferentes medios periodísticos ligados al sector conservador.

Por una parte, la prensa que apoyó al gobierno de Manuel Bulnes Prieto (1799-1866) y la posible candidatura de Manuel Montt (1809-1880) cuestionó la supuesta clandestinidad de las sesiones y su influencia sobre los artesanos. Por otra, el órgano de la Iglesia católica, La Revista Católica (1843-1895), mantuvo una discusión por meses con la Sociedad de la Igualdad que se desencadenó por la aparición del texto "Palabras de un creyente" en el periódico igualitario El Amigo del Pueblo (1850) y que continuó a causa de la publicación de Los Boletines del Espíritu de Francisco Bilbao (1823-1865).

El 26 de abril de 1850 se publicó, en el número 23 de El Amigo del Pueblo, la introducción y dos capítulos de El dogma de los hombres libres: palabras de un creyente (1834) del escritor francés Hughe Félicité Robert de Lammenais (1782-1854), traducidos por Francisco Bilbao. Este libro había sido reprobado por el papa Gregorio XVI, en su encíclica Singulari Nos, por considerarlo parte de las "doctrinas revolucionarias por su contenido y, sobre todo, por su pretensión de fundarse en la Biblia" (Tomar Romero, Francisca. "Lamennais, filósofo y profeta de un 'nuevo cristianismo'". Verbo. Número 321-322, 1994, p. 133).

La publicación de este texto no fue bien recibida por la Iglesia católica chilena, debido al antecedente de la reprobación del papa y de su prohibición para los creyentes. El primer artículo de La Revista Católica que mostró esta visión fue "Un avance impío", que apareció el 3 de mayo de 1850. En él, no solo se criticó negativamente el texto, sino que también se etiquetó a El Amigo del Pueblo como una "publicación anticristiana"; a sus redactores, como "sospechosos y hostiles a la Iglesia"; y a los posibles lectores y suscriptores del diario, como falsos católicos y pecadores ("Un avance impío". La Revista Católica. Número 204, 3 mayo 1850, p. 275-276), apelativos que continuaron en números posteriores de la revista.

Por su lado, el órgano de la Sociedad de la Igualdad también reaccionó a los dichos de la Iglesia. El 14 de mayo, El Amigo del Pueblo acusó a la revista de que los ataques al periódico se fundaron, por un lado, en el temor de la Iglesia ante la aparición de alguna reforma social en beneficio de los artesanos que pusiera en riesgo las jerarquías sociales y, por otro, en el oportunismo político que le permitía aparecer "con algo que la recordase al público ante el cual pasaba desapercibida" ("La Revista Católica i sus redactores". El Amigo del Pueblo. Número 37, 14 mayo 1850, p. 1.2).

Esta discusión entre igualitarios y La Revista Católica se intensificó, además, por la publicación de Los Boletines del Espíritu de Francisco Bilbao hacia fines de mayo de 1850. El texto fue acusado de atentar contra dogmas de la fe católica, pues en algunos pasajes se negó la idea del pecado original, la existencia de las penas eternas y que Dios y Cristo fuesen el mismo ser. Esto trajo como consecuencia que el arzobispo de Santiago, Rafael Valentín Valdivieso (1804-1878), excomulgara a su autor.

Para Armando Donoso (1886-1946), la interpretación de la Iglesia católica de Los Boletines del Espíritu como obra anticatólica no se atuvo a la intención del texto, el que solo atinaba "a confundir y mezclar los preceptos del cristiano primitivo con las exaltaciones de un misticismo vago y misterioso hasta la incoherencia" ("Los Boletines del Espíritu". Bilbao y su tiempo. Santiago de Chile: Zig-Zag, 1913, p. 105-106).

Las disputas que se desarrollaron con la prensa católica, especialmente la que se mantuvo por la publicación de Los Boletines del Espíritu, tuvieron repercusión al interior de la misma Sociedad, pues, en julio del mismo año, la participación de Francisco Bilbao fue puesta en cuestión por un sector de la organización igualitaria, liderado por Manuel Guerrero. A pesar de ello, el artesanado y algunos intelectuales como Manuel Recabarren (1826-1901), Eusebio Lillo (1826-1910) y Santiago Arcos (1822-1874) apoyaron la permanencia de Bilbao. Finalmente, se publicó un comunicado en el que se indicó que "…el ciudadano Bilbao no se ha expresado jamás en sus sesiones contra los dogmas de nuestra santa religión" (Grez Toso, Sergio. "La Sociedad de la Igualdad y la Guerra Civil de 1851". De la regeneración del pueblo a la huelga general: génesis y evolución histórica del movimiento popular en Chile (1810-1890). Santiago de Chile: Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, 1997, p. 331).