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Representaciones cartográficas del Chile colonial

Los primeros mapas de Chile, realizados durante la colonia, reflejaron la solicitud de las autoridades de contar con una representación detallada del territorio que, además, identificara sus principales recursos y asentamientos. De acuerdo a los historiadores Jaime Rosenblitt y Carolina Sanhueza, para las monarquías de esa época la geografía tuvo un "carácter informativo y utilitario", pues usaron las representaciones cartográficas como medio de expansión territorial y, por ello, como "una herramienta de poder" (Cartografía histórica de Chile. Santiago: CChC, 2010, p. XIII).

A lo largo del período colonial, las coronas promovieron expediciones científicas a las colonias, que permitieran conocer y localizar sus riquezas, rutas comerciales, puntos estratégicos militares, etcétera. Entre ellas, la más importante fue la expedición Malaspina, que legó una importante documentación cartográfica del territorio nacional.

Las autoridades coloniales también realizaron esfuerzos por hacer levantamientos del territorio de la Capitanía General de Chile. En el Mapa del reino de Chile que Ambrosio O'higgins (1720-1801) publicó en 1768, O'higgins representó a Chile desde Copiapó a Chiloé y localizó sus principales poblados, hitos geográficos, puertos, yacimientos mineros, y poblados indígenas. Pese a que O'higgins no incluyó en este mapa a la cordillera de los Andes de manera detallada, sí identificó los principales caminos para atravesarla y aquellos volcanes que podían constituir un peligro para las personas. Un aspecto interesante de este mapa es su orientación horizontal, que se diferencia de la orientación vertical con la que tradicionalmente se ha representado al territorio nacional (cf. Rosenblitt, Jaime y Sanhueza, Carolina. Cartografía histórica de Chile...).

Durante el siglo XVIII, la corona española envió numerosos profesionales del Real Cuerpo de Ingenieros Militares para trabajar en la construcción de defensas y obras civiles, lo que dio como resultado la elaboración de mapas y planos de carácter práctico, tales como la fundación de villas y la construcción de edificios públicos.

Los mapas coloniales también tuvieron fines económicos, pues permitieron conocer las rutas y accesos comerciales al territorio nacional. Un ejemplo de esto es la Carte du Chili Méridienal, du Rio de la Plata, des Patagons, et du Détroid de Magellan… del cartógrafo de la corte borbónica francesa Jean Baptiste Baurguignon d'Anville, que se publicó en Venecia en 1779. En este mapa, "la intención 'mercantil' del autor y su monarca queda en evidencia al constatarse el cuidado puesto en la representación de la costa y las zonas más sensibles para la navegación, como el Estrecho de Magallanes y el cabo de Hornos, por donde transitaba el comercio galo hacia el Pacífico Sur y el continente asiático" (Rosenblitt, Jaime y Sanhueza, Carolina. Cartografía histórica de Chile..., p. XXIX).

Durante la colonia, los mapas también reflejaron el proceso de colonización de territorios alejados de la zona central, tales como Valdivia y el norte de Chile, representando la fundación de poblados y la construcción de fortificaciones en estos territorios.