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Propuestas del profesorado a la educación pública (1900-1970)

A inicios del siglo XX, el gremio de profesores comenzó a tener un lugar cada vez más importante en las discusiones sobre el sistema educativo. Algunos de los problemas que el gremio diagnosticó fueron el alto porcentaje de inasistencia a las escuelas y que el "currículum escolar no respondía a las necesidades sociales" (Zemelman, Myiriam. "La experimentación y sus obstáculos: Plan de renovación Gradual de la Enseñanza Secundaria y Plan San Carlos". Docencia (40), p. 53). Por ello, su principal objetivo fue organizar y reformar la enseñanza pública, lo que se concretó en la elaboración de numerosos planes y proyectos que fueron presentados a los gobiernos de turno.

Una de las principales demandas de los profesores fue la promulgación de la ley de enseñanza primaria obligatoria, para asegurar la gratuidad. La ley, que fue discutida por el profesorado en los congresos de educación, fue promulgada en 1920. Sin embargo, esta conllevó la reducción de los salarios de los profesores primarios, quienes se reunieron en la Asociación General de Profesores Primarios para movilizarse. Según la historiadora Leonora Reyes, en este período los profesores "tradicionalmente pasivos (…) pasaron pronto a una fase crítica para llegar finalmente a proponer un plan de reforma completa del sistema educativo nacional, vinculándolo a las demandas del resto de los actores asalariados movilizados. De esta manera, los profesores asumían una actitud colegislativa" (La escuela en nuestras manos: las experiencias educativas de la asociación General de Profesores y la Federación Obrera de Chile (1921-1932), p. 71).

En 1942, la Sociedad Nacional de Profesores presentó el Proyecto de Ley Orgánica de la Enseñanza para organizar íntegramente la educación pública. Entre las medidas que propusieron estaba "la fijación precisa de los deberes y derechos de las personas e instituciones ligadas a la Educación" y "la organización de la carrera del profesorado" (p. 3). Este último punto fue considerado necesario porque los profesores carecían de estímulos para perfeccionarse y de un escalafón que considerara los méritos de cada profesor. De acuerdo a la profesora Myriam Zemelman, pese a que en este período se propusieron reformas integrales a la educación, el gobierno de Pedro Aguirre Cerda (1879-1941) aprobó la aplicación de una reforma "gradual, experimental y parcial" ("La experimentación y sus obstáculos…", p. 53) que se tradujo principalmente en dos planes: el Plan de Renovación Gradual de la Enseñanza y el Plan Experimental de la Educación Rural de San Carlos.

Hasta la primera década de 1970, el profesorado se apropió del sistema de instrucción primaria (cf. Monsalve, Mario. "…I el silencio comenzó a reinar": documentos para la historia de la instrucción primaria 1840-1920), período en que la dictadura inició un proceso de desmantelamiento del Estado docente.