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Los Demóstenes de la mayoría (1868)

Durante su gobierno, José Joaquín Pérez Mascayano (1800-1889) impulsó una "política de moderación y templanza" que permitió mayor libertad de imprenta tras el periodo político liderado por Manuel Montt Torres (1809-1880). En este contexto, reapareció El Correo Literario, en el año 1864, luego de cerrar de manera abrupta durante el gobierno de Montt, y nacieron diferentes medios periódicos que incluyeron la sátira política en sus páginas, tales como La Unión Liberal (1862-1863), El Cóndor (1863), San Martín (1864-1866), El Corsario (1866), La Linterna del Diablo (1867-1876), El Charivari (1867-1870) y La Penca (1868) (Donoso, Ricardo. "La sátira política durante la administración Pérez". La sátira política en Chile. Santiago de Chile: Impr. Universitaria: Sociedad de Bibliófilos Chilenos, 1950, p. 50-68).

La sátira es un discurso que se sirve de lo cómico para criticar y denunciar a una persona o un grupo con el fin de corregir las conductas que reprueba, sin llegar a ser moralizante. La sátira política, en específico, busca "develar y denunciar los abusos" de la autoridad, en particular, de los gobernantes (Pedrazzini, Ana. "Absurdo, bulo e ironía: pilares del humor escrito del suplemento argentino Sátira/12". Perspectivas de la comunicación. Volumen 3, número 2, 2010, p. 86).

En algunos de los medios que aparecieron durante el periodo de Pérez Moscayano, como La Linterna del Diablo y El Charivari, la sátira política se realizó no solo a través de la escritura, sino que también por intermedio de imágenes, especialmente caricaturas.

En este contexto de eclosión de medios con contenido satírico, apareció en 1868, Los Demóstenes de la mayoría, libro atribuido a José Joaquín Larraín Zañartu (1840-?) y a Fanor Velasco (1848-1907), quien en este año fue editor de La Linterna del Diablo.

Bajo el subtítulo "Bosquejos parlamentarios", en el libro se realizaron descripciones satíricas en prosa y caricaturas de diputados, llamados, en el libro, los "semihéroes" del periodo: Vicente Sanfuentes (1820-1894), Pedro Pablo Olea (1834-?), Ramón Errázuriz (1785-1875), Vicente López, Fernando Urízar Garfias (1804-1876), José Francisco Echeñique Tagle (?-1878), Manuel José Irarrázaval Larraín (1834-1896), Pedro Félix Vicuña (1805-1874), José Clemente Díaz Correa y Marcos Mena Alviz.

El término "Demóstenes" del título hace referencia al ateniense Demóstenes (384 a. C-322 a. C.), reconocido por la historia como un gran orador. La expresión "los Demóstenes de la mayoría" se usó irónicamente para hacer referencia a los diputados, criticados en los "bosquejos" tanto por el contenido de sus discursos como por el modo de expresarlos.

Así, por ejemplo, en el retrato sobre Pedro Pablo Olea se le acusó de "pensar siempre según el pensamiento ajeno" y que en sus intervenciones "jamás ha dicho (...) algo digno de recordarse que no sea un disparate tan grande como un templo. Al oírlo hablar, tiene uno ardientes deseos de tomar al portero y colocarlo en su sillón, seguro de que sería más diputado, más orador, más gente que Pedro Pablo" (Velasco, Fanor y Larraín Zañartu, José Joaquín. Los Demóstenes de la mayoría. Santiago: Imprenta de "La Libertad", 1868, p. 10).