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trabajos voluntarios de la FECH

Durante la década de 1960, la FECH cuestionó abiertamente el carácter elitista y profesionalizante de la formación universitaria en la Universidad de Chile. Señalaban que había fomentado, entre el estudiantado, una actitud de indiferencia frente a la realidad cultural y material del país.

Haciendo un llamado a ejercer el principio de responsabilidad social del movimiento, la Federación desarrolló una serie de actividades de extensión social y cultural centradas en contribuir a la resolución de las denominadas "problemáticas de la marginalidad" como el déficit de vivienda, y la baja cobertura del agua potable y la electrificación a nivel nacional.

Uno de los logros más destacados de la FECH, durante este periodo, fue el establecimiento de vínculos efectivos con el movimiento de pobladores, principalmente en las poblaciones Santa Adriana y Santa Clara en Santiago donde, organizados con diversos grupos intermedios -como juntas de vecinos y centros de madres-, trabajaron en la construcción de viviendas, salas cuna, jardines infantiles y la extensión del tendido eléctrico en estos nuevos espacios urbanos.

Entendiendo que las problemáticas de la marginalidad tenían un carácter estructural o sistémico, la Federación consideró que una de las principales causas de la perpetuación de la pobreza material era el analfabetismo -que en 1963 superaba el 19%- y, a su vez, sellaba la exclusión de estos sectores a la cultura y la universidad. Organizados a nivel nacional con la Unión de Federaciones Universitarias, la FECH se abocó al despliegue de Campañas de Alfabetización Universitaria (ABCU). Para su ejecución, se requirió que los voluntarios aprobaran cursos de formación en metodologías científicas de alfabetización, basados en el entendimiento de la psicología del adulto, especialmente en la Curva de Habilidades de Edward Lee Thorndike, propuesta teórica-metodológica se basaba en la idea de la alfabetización de los adultos debía poner énfasis en la importancia instrumental de la lectoescritura para mejorar sus condiciones de vida y de trabajo de sectores históricamente marginados.

Desde 1964 las campañas de alfabetización de la FECH se desarrollaron en colaboración con el gobierno de Eduardo Frei Montalva. Esta vinculación se realizó a través de la Sección de Alfabetización de Adultos del Ministerio de Educación, la que facilitó a los voluntarios un manual de alfabetización para adultos titulado "Mi Camino".