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Libros de viaje de Augusto Orrego Luco

Durante el siglo XIX los viajes a Europa y Estados Unidos eran una práctica común en la elite chilena. Siguiendo la tendencia de la época, Augusto Orrego Luco, a instancias de su padre, Francisco Pérez de Orrego, emprendió un viaje a la ciudad de París para realizar estudios de Medicina, el que, sin embargo, no pudo completar debido a problemas económicos de su padre que lo llevaron a perder su fortuna.

Recién el año 1912, Orrego Luco, ya en el ocaso de su vida política y académica, realizó su primera visita a Europa, a los 68 años. Producto de ese primer viaje, realizado casi medio siglo después de su primera experiencia frustrada, y de otras estadías posteriores, Orrego Luco escribió dos libros sobre su paso por el viejo continente, los que se inscriben en el amplio contexto de la literatura chilena desarrollada a partir del tema del viaje en novelas, libros de poesía y otros géneros.

En Notas de viaje de 1924, relató su visita a las casas de Víctor Hugo, Honoré de Balzac y Jean-Jacques Rousseau, así como al Convento de las Carmelitas descalzas, La Conserjería y la Rochelle. Plasmó también en estas notas las impresiones que le causaron sus visitas a las casas de los autores que admiraba y que había leído durante su vida.

En su segundo libro de viajes titulado Viajes literarios, publicado de manera póstuma en 1935, Orrego Luco narró su recorrido por Francia, el País Vasco y Navarra en España, la isla de Capri y Pompeya en Italia, para, finalmente de regreso en Francia, relatar su paso por la región del río Loira y la visita a los castillos de la zona.

Fruto del mismo periodo de viajes por Europa, Augusto Orrego Luco desarrolló una obra de ficción titulada Por los campos de batalla (1921). La trama sucede a pocos años del fin de la Primera Guerra Mundial y, al mismo tiempo que el narrador recorre los campos de Francia donde ocurrieron batallas emblemáticas, va relatando las gestas acontecidas en cada localidad particular junto a los nombres de los militares.