Subir

Cartas de Bilbao a Sarmiento (1875)

Los textos reunidos en Cartas de Bilbao a Sarmiento nacieron como respuesta a una carta que el expresidente argentino Domingo Faustino Sarmiento envió a Mariano Varela, redactor del diario rioplatense La Tribuna (1853-1880).

En esta carta, Sarmiento se refirió a la polémica con el escritor chileno sobre su participación en la redacción de La Tribuna: "Creo necesario desvanecer ante el público el error a que quiere un mal intencionado arrastrarlo, asegurando que no he sido nunca, que no soy el Redactor de La Tribuna" (Cartas de Bilbao a Sarmiento. Buenos Aires: Imprenta rural, 1875, p.3). Además, Sarmiento aludió brevemente al desacuerdo de ideas que tuvo con Francisco Bilbao que, según Pedro Pablo Figueroa, constituyó la principal causa de la polémica entre ambos intelectuales (Diccionario biográfico de Chile. Tomo I. Santiago: Impr., Litogr. y Encuadernación Barcelona, 1897, p. 214).

Sarmiento se defendió extensamente de los dichos de Manuel Bilbao, a quien describía como "oscuro y desconocido en su país antes y ahora, salió niño y muchacho insignificante, no teniendo en verdad qué hacer allí y como a todos los emigrados o ausentes por largos años, le sucede que nada ha aprendido, ni nada ha olvidado y sigue haciendo desde aquí la guerra a la política de D. Manuel Montt" (p. 7).

Por su parte, en las ocho cartas que fueron escritas entre el 26 de abril y el 5 de mayo de 1875, Manuel Bilbao cuestionaba el rol político de Sarmiento en Chile y Argentina: "El rol de Ud., en Chile fue el del escritor asalariado al servicio del despotismo y del patíbulo político. El rol de F. Bilbao, y el mío en segunda escala, fue el de combatir ese despotismo y ese patíbulo alzado allí durante diez años" (Bilbao, Manuel. Cartas de Bilbao a Sarmiento. Buenos Aires: Imprenta rural, 1875, p.17).

Además, Bilbao analizó las palabras del escritor argentino poniendo en cuestión, en primer lugar, la precisión de Sarmiento respecto de las fechas aparentemente equívocas que anunció sobre su trayectoria. En segundo lugar, relativizó su labor en el ámbito educacional, arguyendo la discutible calidad de sus propuestas como educador: "Manda construir escuelas en los desiertos, entre dos poblaciones vecinas para que acudiesen entre ambas. Se olvidó de poner maestros, de hacer caminos para llegar a ellas. Malgastó caudales, se declaró el inspirado de Dios, los edificios se vinieron al suelo y Ud., quedó por el primer educacionista del mundo" (p. 24-25).

Por último, Bilbao se refirió al periodo presidencial de Sarmiento criticando el excesivo poder militar que utilizó.