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Postulados educativos

Durante la década de 1880 se modificó el ideario pedagógico del sistema educativo nacional a partir de la reforma que organizaban las Escuelas Normales. El objetivo apuntó a suplir las deficiencias de la formación pedagógica en los profesores primarios. Los nuevos postulados educativos reflexionaron y modificaron la labor de la enseñanza y los procesos de aprendizaje en función de una nueva concepción de la niñez. Según estos, la pedagogía debía entenderse como una disciplina de carácter científico que observaba el desenvolvimiento del niño, el cual debía ser considerado en su propia especificidad y no ya como un "adulto imperfecto", una caja vacía o una tábula rasa que requería completarse con conocimientos a memorizar. Se pretendía cambiar el paradigma y desarrollar armónicamente en los niños facultades físicas y morales. Para enseñar y difundir estas nuevas concepciones en boga, el Estado chileno dispuso recursos para traer a Chile profesores europeos, principalmente alemanes y austríacos, y también para financiar estadías en el extranjero tanto de preceptores como de alumnos en formación.

Giovanni E. Pestalozzi (1746-1827), uno de los principales representantes de los postulados pedagógicos que concebían a los niños como sujetos activos y que sostenían que el proceso educativo debía basarse fundamentalmente en la intuición y la acción, marcó a varias generaciones de profesores chilenos. Debido a su influencia, la escuela comenzó a entenderse como el lugar donde debía desarrollarse un pensamiento libre, activo e intuitivo en desmedro del aprendizaje memorístico, la imposición de ideas y los conocimientos meramente enciclopédicos. Se trataba de que los estudiantes probaran y experimentaran desde sus propios intereses y motivaciones. Sus ideas apoyaban también un vínculo entre el estudio y el trabajo en la escuela, lo cual iba en concordancia con las preocupaciones relativas a la utilidad de la educación para el futuro laboral de los alumnos y su vinculación con la comunidad. Esto no solo porque debían tener un trabajo u oficio para el sustento familiar sino también por la necesidad del mejoramiento económico de la república. Las facultades propiciadas desde la escuela para un óptimo desarrollo físico e intelectual debían estar ligadas a la realidad de los estudiantes de manera que pudieran convertirse en actores ilustrados dentro de sus comunidades tal como se mostraron a través de diversas publicaciones pensadas y difundidas desde el espacio escolar.