En 1905 Alejandro Bertrand le regaló a su hijo Julio una cámara estereoscópica, iniciando con ella un recorrido como fotógrafo que desarrolló hasta su muerte. Julio Bertrand fue un fotógrafo aficionado, pero su dominio progresivo de la técnica estereoscópica lo llevó a conseguir una calidad estética que sobrevive hasta nuestros días.

Sus fotografías estereoscópicas cubren un periodo de alrededor de 13 años, desde 1905 hasta 1918, y constituyen una colección que incluye imágenes dobles en blanco y negro en placas de vidrio de 4,4 por 10,7 centímetros que registran sus viajes por Europa, paisajes de Chile, de la vida cotidiana de su familia y actos públicos.

Con meticuloso cuidado, Julio Bertrand guardaba los negativos y positivos obtenidos del registro fotográfico en cajas de cartón hechas a medida y cerradas con cintas grabadas con su nombre respectivo y un número romano que las identificaba desde el I al IX. Cada una de estas cajas agrupaba alrededor de 200 negativos.

Además, en un cuaderno azul, Bertrand llevaba un inventario de sus negativos estereoscópicos. Cada uno de estos era catalogado consignando: un número identificador desde el 1 al 1795, una breve descripción, referencias de año, lugar y, en muchos casos, de las personas retratadas.

Según Catalina Rozas Zelaya, el trabajo fotográfico de Bertrand puede dividirse en tres etapas de desarrollo medianamente claras: una primera etapa que designa como de "aprendizaje fotográfico" que cubre desde 1905 hasta 1907 y retrata paisajes y personajes de Chile; una segunda gran etapa de "catastro de viaje" (1907-1911) en la que se registra su viaje a Europa, desde que cruza la cordillera de Los Andes hasta Montevideo para embarcarse a Francia y, una tercera etapa, de "fotografía familiar", que abarca desde su matrimonio en 1911 hasta los días más cercanos a su muerte (Documentación de la colección particular de fotografías estereoscópicas Julio Bertrand Vidal. Memoria para optar al título de Licenciatura en Historia del Arte. Universidad Internacional SEK. Facultad de Estudios del Patrimonio Cultural. Santiago, 2004, p.84).

Las fotografías que hoy conforman la colección Julio Bertrand Vidal quedaron guardadas por alrededor de 80 años hasta que, en 2003, su familia comenzó un proceso de recuperación que culminó en el año 2014 con la donación de la colección a la Biblioteca Nacional, institución que conserva, además de las casi 1800 fotografías, sus cuadernos y algunos visores estereoscópicos portátiles que permiten ver los efectos tridimensionales en las imágenes.